LE PIDO A LA LUNA

Tu creías que lo tenias todo bajo tu control, creíste que me tenias a mí, bajo tu total control que podrías hacer lo que quisieras, porque no había nada que no pudieras arreglar con una sonrisa y unas palabras bonitas. Ese fue tu error, tu ego y la excesiva confianza que depositas sobre ti mismo a veces te traicionan.

Yo creía que tú en realidad no eras así, que solo dabas esa imagen a modo de coraza que en realidad no eras tan frívolo tan superficial como te mostrabas ante el resto del mundo…Que había una herida en ti que yo podría curar y que de hecho estaba dispuesta a curar para acabar con toda esa fachada. Y si, ese fue mi error.

Y  entonces quisiste jugar, a fin de cuentas es una de tus mejores habilidades ¿no?. Pero jugar con las personas y sus sentimientos no es lo mismo que jugar a las cartas y es que… quien juega con fuego tarde o temprano termina quemándose… Tu segundo error, el juego te pierde. (Aun así espero que nunca llegues a sufrir quemaduras de tercer grado por culpa de una mala jugada).

Y yo sé que hay juegos en los que hay que saber mentir para ganar o simplemente para defenderte, mi segundo error se llama orgullo, nunca pude permitirme el lujo de dejar que lo lastimaran y si para ello tengo que mentir y ocultar mis sentimientos créeme que lo hare, ante ti y ante todos. 

Y mi segundo error fue el que formo el tercero de tus errores, no contaste con el factor sorpresa, ni con que la jugara te saliera mal y que con ello perdieras el control de todo aquello en lo que creías tenerlo.

En efecto, mi error fue creer al principio que tú eras distinto y el tuyo creer hasta el final que yo era como las demás. 

En fin, algunos tardan más que otros en darse cuenta de sus errores. Pero si te sirve de consuelo…Ambos hemos cometido errores, yo personalmente puedo decir que he sufrido mis errores, y créeme si te digo que también los tuyos.

Después de eso por mi parte solo me queda intentar no tropezar dos veces con la misma piedra.